De mi déficit de picardía (Quién lo diría, no?)

Nací sin armas de mujer, qué le voy a hacer. Supongo que se quedaron pegadas a la placenta en el momento del parto y nadie se dio cuenta de ello. Y si se dio cuenta la comadrona se las quedó ella y anduvo la muy zorra (por lo astuta) toda la vida siendo el doble de bruja, maquiavélica, calculadora e intuitiva gracias a la olvidadiza de mamá.
Me hubiera gustado echar mano de la astucia femenina famosa, pero he sido (soy) mucho más ingenua, y demasiado tímida.
-La picardía de MariCarmen es más simple que una baldosa, aprovechémonos de ella, ya veréis qué fiesta a su costa!- Me ha parecido oír que decía mi sexto sentido entre carcajadas.
Siempre me he quedado con las ganas. Cuando me he encoñado de algún individuo, mi sentido del ridículo ha sacado la cabeza y me ha hecho dar media vuelta. Pero bueno! Qué carácter… que con 16 años no tuviera esas famosas armas, vale. Pero con 30! Con 40! Con 48?
Me niego! Se acabó! A partir de ahora me apuntaré a todos los seminarios y cursos que encuentre de conquistar, seducir, engatusar…Porque supongo que existirán cursillos de esos, no? Ah no? Pues que alguien los programe y me matricule! Cueste lo que cueste!