Querido diario:
Hoy no me he levantado dando un salto mortal como cantaban los Hombres G. Más bien he salido reptando de la cama con mi sexycamiseta de tirantes convertida en un harapo arrugado que deja escapar una de mis tetas (la derecha), perdiendo todo glamour y dignidad, para ir a la cocina y prepararme un café de esos que no hacen efecto hasta las tres de la tarde.
Ene31