De una boda muy profesional

El viernes fui de testigo a una boda. Fue una ceremonia muy profesional. A tal hora en el juzgado con el DNI preparado para dárselo a una señora que no encajaba en el sitio, incluso estuve a punto de negarme a dárselo, pero como vi que el resto de gente que formaba parte del evento se lo daba (los novios y el otro testigo, somos una familia sin grandes pretensiones ) no tuve más remedio que alargarle la mano con el documento. Eso sí, amenazándola con la mirada. Como me lo pierdas te enteras, no he pasado por el arco de seguridad y llevo una pinza para el pelo dentro del bolso y sé usarla.
-Pasen! Y pasas como cuando vas al médico. Y ves al juez detrás de su mesa como el médico, que tiene hasta su enfermera al lado para quitarle los marrones de encima, secretaria judicial le llaman ellos. Las chicas para todo, les llamo yo, que lo mismo ponen un condón en un ecógrafo vaginal que leen los datos de los allí reunidos en voz alta.
-Siéntense! Y te sientas. Cómo vas a contradecir a un señor vestido raro que sabes que tiene el poder, que ha sentenciado, casado, divorciado, desestimado, investigado, prohibido, ordenado, obligado, condenado, aplazado, interrogado… Hasta ha levantado cadáveres! Sin importar la embergadura de estos! Qué tíos! Y te sientas como Alfredo Landa en «Los Santos Inocentes», pero sin la boina entre las manos, que casi le hago una genuflexión al entrar, joder! : -Majestad!
A los testigos nos ignoró, entonces para qué nos hacen venir? Y se centró en explicarle a los «Contrayentes», que son los que se casan, de qué iba eso del matrimonio:
-Según el artículo 60 del Código Civil, sabrán ustedes que tienen los mismos derechos y obligaciones. Que se deben mutuamente respeto y fidelidad-
-Un momento! Estuve a punto de soltar un: Protesto! Pero me encontré con la mirada del novio que me explicó con una leve caída de ojos de cuántas maneras podía matarme. Ahí mismo. En ese mismo momento.Total, ya estaba en el Juzgado…
Fidelidad? Es delito ser infiel? Pues que vayan haciendo obras de ampliación en las cárceles que conozco yo a… déjalo MariCarmen, que te metes en cada jardín!
-Así mismo, -continuó el señor de negro- según el artículo 68, deberán compartir las tareas domésticas y hacerse cargo de ascendientes y descendientes…-
Eh! Qué? Entonces hay una ley que obligue a ambos a limpiar los baños y a planchar? Mmmmm vale, continúe, Majestad.
Luego llegó eso de las películas de que si fulanito quiere a menganita y menganita acepta a fulanito. Para qué se cree que estamos aquí, que hemos esperado una hora de pie fuera, aguantando otras parejas que, por lo nerviosos y excitados que estaban, parecía que se iban a casar más y mejor que mis novios. Bueno, no se lo dije, ni siquiera lo pensé. La sala era tan grande y vacía que seguramente mis pensamientos hubieran hecho eco.
Fotos, comilona, alcohol y empacho cerraron un día que empezó con una resaca de traca, resultado de haber pasado una noche entre copas de vino y risas y traducciones simultáneas a mi pobre concuñado inglés y pérdidas de vergüenza y callaquememeocoño, que algún día me recordarán mis hijos o me prohibirán que se lo explique a los suyos.