De las comodidades de los hospitales

Estándar

Las batas de hospital. Las camas de hospital. Las barandillas de las camas de hospital. Todo está hecho para que la estancia se te haga eterna, de enfermo o de sano, da igual. Si es de enfermo te das cuenta además de que al ser humano le faltan manos, dos como mínimo. Si acabas en urgencias con un cólico o con un chichón en la cabeza y te mandan al baño a rellenar un tubito de pis del tuyo, a ser posible, necesitas una mano para que no se te vean las bragas o el culo a través de la raja de la bata blanca nuclear y otra mano para empujar el palo con ruedas donde va colgado el suero que tienes atravesándote la mano y haciéndote un hematoma que te acompañará durante quince días. Son insuficientes. Cómo rellenas el tubito? Y si has sido tan hábil para hacerlo, cómo abres la puerta del váter, apagas la luz, tiras de la cadena y lo más importante, cómo te lavas las manos?
Si has tenido un cólico lo más probable es que acabes en una sala de RX. Quién coño inventó la mesa de tortura donde nos tenemos que tumbar? Seguro que donde colocan los cadáveres para hacerles la autopsia es más confortable, que nos tumben allí (sin cadáver, por favor) Incluso la mesa de un fakir es más confortable. Aunque sólo hay algo que le gana a potro de tortura: La silla de acompañante de habitación de hospital donde tienes que dormir (sí, dormir, ya me despertará el enfermo si necesita algo) Quién la ha diseñado? Torquemada, ese que se está carcajeando en su tumba, no hay otra explicación.
Menos mal que nos rodeamos de ángeles de la guarda que entran en la habitación a las cuatro de la madrugada gritando como las que venden calcetines en el mercadillo:
-Hola! Manuel! A ver ese brazo que te tomo la tensión! Te apetece un zumito? Ala, continúa durmiendo!

-Pues dame un Diazepam, guapa! O deja que me vaya a tomar unas copas, que ya me he desvelado.

Acerca de MariCarmen

Una superviviente en un mundo de hombres (qué ilusión, siempre quise decir esto) Madre, hija, hermana, esposa... de hombres. Cuando llega una nueva mujer a mi vida me siento un poco más liberada de la presión. Si hasta los gatos de papá son chicos! A ver qué sale de aquí. Todos los datos son estrictamente reales salvo algunos, siempre hablaré en primera persona salvo alguna vez y nunca mentiré, exageraré o fantasearé salvo en contadas ocasiones. Algún secreto puede salir maquillado como literatura y alguna experiencia que me apunte como personal puede no serlo. No lo desvelaré jamás, a no ser que me emborraches y me jures amor eterno. Los nombres de las terceras personas no son siempre reales. Las terceras personas no son siempre reales.

Un comentario »

Deja un comentario